"El conocimiento es una función del intelecto, mientras que la sabiduría es una función del Ser." D. Trinidad Hunt

viernes, 3 de febrero de 2012

LA EXPERIENCIA AUTOTELICA Y LA CREATIVIDAD








"La palabra "autotélico" deriva de dos palabras griegas, auto, que significa en sí mismo, y telos, que significa finalidad.
Se refiere a una actividad que se contiene en sí misma, que se realiza no por la esperanza de algún beneficio futuro, sino simplemente porque realizarla es en sí la recompensa."
Así describe Mihaly Csikszentmihalyi lo que es una experiencia autotélica en su libro "Fluir". Una excelente reflexión sobre la actividad humana y cómo difieren entre sí aquellas realizadas por obligación, a desgano, con esas otras que se llevan a cabo porque es delicioso para nosotros el realizarlas. El placer y pasión que se generan de la actividad que nos gusta realizar dan como resultado un entusiasmo y alegría que no despiertan otras experiencias. Ese entusiasmo y energía catapultan a la persona hacia el interés, el descubrimiento y la invención, o sea, la creatividad. Es por ello por lo que si la propuesta es motivante, creativa, atrayente y divertida, la respuesta será entusiasta, interesada, dinámica y creadora.
Pero en un grupo amplio o pequeño los intereses de los participantes varían considerablemente y lo que a unos apasiona a otros les aburre soberanamente. Y es normal que así suceda porque no tenemos los mismos gustos e intereses. Corresponde a quien dirige la actividad o experiencia saber distinguir los intereses de los alumnos a su cargo y permitirles hacer lo que les interesa.
Esto puede ser duro para ciertos maestros acostumbrados a seguir la pauta rígida del "Programa" y para quienes improvisar sobre la marcha es casi que imposible. La pauta les dá seguridad y confianza acerca de lo que hacen, porque están dentro de lo establecido y se dirigen a tierras conocidas, no importa que en su arduo esfuerzo por cumplir su deber, arrasen con el espíritu creador, inventivo del alumno y que, además, maten el entusiasmo e interés por aprender de las personitas y lo reemplacen por el desagrado, la mala querencia y la consideración del aprender como un remedio de sabor amargo e indigesto que lo hace indeseable. Bien se ha dicho que en el sistema educativo actual la gente sufre las horas de clase y disfruta los recreos y es en ellos, cuando está disfrutando, cuando verdaderamente aprende. Aprende comportamientos, aprende a relacionarse socialmente, aprende a adaptarse a un determinado entorno social y crece amando el recreo y odiando el salón de clases. Claro está que ese aprendizaje en muchas ocasiones no es el mejor, por razones obvias, ya que quienes se supone están preparados para enseñarle cosas interesantes están muy ocupados corrigiendo exámenes, poniendo notas o llenando formatos administrativos para demostrar que han cumplido con su deber y se han hecho acreedores a su salario. Y como cada chico ha sido formado o deformado por su entorno familiar, en ese encuentro de coetáneos los aportes serán variopintos y la diferenciación , categorización o jerarquización de ellos será asunto complicado para un pequeño o un joven que no dispone de herramientas intelectuales y valores cimentados.
Por ello predominará la conseja, el chisme, la duda y la incertidumbre que facilitarán que el joven se enrole en grupos que le dan respuestas o se involucre en actividades que no siempre le reportarán beneficios. Hace falta el soporte de adultos responsables, idóneos, que sean ellos mismos paradigmas de confianza y autoestima. Adultos sensibles, capaces de entender los difíciles momentos del comenzar a ser en sus alumnos. El sistema educativo trata con entes abstractos que son esencialmente iguales y que necesitan aprender determinadas cosas que les posibiliten el acceder a un empleo. Estrechas miras a la luz de una conciencia diferente del ser humano. Es un sistema que ha causado mucha infelicidad y no poca frustración, porque como tal sistema, no consulta las características individuales de la persona que allí denominan alumno y, ni siquiera, la de esos empleados denominados maestros.
Traemos a cuento la idea de la experiencia autotélica porque en ese concepto tan agudo puede estar la diferencia entre el gusto por aprender y el odio al estudio. Pregunta Sir Ken Robinson en un video muy interesante si las escuelas matan la creatividad y encuentra en sus conclusiones cargadas de un humor sardónico, que, efectivamente: las escuelas recortan las alas de la imaginación, destierran cualquier asomo de independencia intelectual y reprimen cualquier intento de explorar, descubrir o inventar libremente. Pero no es el único estudioso que se hace la misma pregunta. Robert J. Sternberg cuestiona al aparato educativo que expide títulos, grados , notas y expele graduados de todos los pelambres hacia "la vida". El pregunta "en qué momento el sistema educativo convierte al niño curioso, lleno de preguntas y sueños, en un adulto plano y sin imaginación."
Que no nos quepa duda: la educación actual, manejada para producir mano de obra calificada, obediente, dócil y conformista, nos lleva a una civilización idiota de consumidores de ideologías baratas y toda clase de articulos sin sentido, sin conexión real con las necesidades del individuo y de la sociedad, y lo que es peor: sin conexión coherente con la vida que se manifiesta sobre el planeta que nos sustenta. Esto da como resultado individuos egoístas, competitivos, rapaces y depredadores. No hay salvación sino te haces voraz, insaciable, despiadado. Toma lo que puedas ahora y deja la basura para el futuro: para quienes vivirán en el infierno post-consumo que odiarán nuestro egoísmo e imbecilidad más allá de toda medida.
Ya no se trata de cuestionar la educación para mejorarle algunos aspectos cosméticos o reivindicativos. La pregunta ahora es: ¿permite este tipo de educación que las personas florezcan y aporten lo mejor de sí a la sociedad? Porque lo que está en juego es la sobrevivencia humana, la sobrevivencia del planeta.
Necesitamos ahora mismo una educación orientada al Amor, la solidaridad, la salud y el respeto sagrado al planeta del cual somos parte. No podemos seguir formando depredadores, vándalos u ovejitas tiernas y degollables.
En la idea de lo autotélico puede haber una respuesta a todo ello: hacer lo que disfrutamos y nos hace felices. Eso implica que no haya más personas a las que les tocó ser maestros por necesidad y que detestan ese oficio. Implica crear una mística, un respeto y un cariño especial de la sociedad por quienes son verdaderos enseñantes por vocación. Si ellos aman enseñar tendremos garantizada una educación mejor. Si los contenidos de la educación dejan de ser monsergas teóricas  y se convierten en materias vivas e interesantes, tendremos garantizada una educación más apropiada. Esto puede implicar que mientras unos aprenden a construír con hielo, otros aprenden a cazar y pescar en la selva, por poner dos ejemplos extremos. La uniformización de las personas contradice nuestra naturaleza libre y espontánea.
No hay que enseñarle nada a los alumnos; tan solo debemos permitir que aprendan. A su manera, con su estilo, a sus anchas. ¿Porqué cargar con tintes de infelicidad lo que debería ser el más feliz momento de la vida de un niño, que es el de aprender? La Creatividad solo florece en medios donde la independencia no es coartada, en medios donde la espontaneidad es estimulada. La inteligencia en libertad escoge el amor, la paz, la bondad. La inteligencia constreñida encuentre enemigos, produce odio y conflictos.
La comprensión de nuestra calidad de seres universales nos alejará de las prácticas parroquiales , mezquinas y miopes. La educación hacia la solidaridad fraterna es la respuesta a los conflictos humanos creados por esa bastarda concepción egoísta y competitiva del sálvese quien pueda. El paradigma ahora debe ser "Somos uno con nuestros semejantes, con la vida y el planeta que nos la brinda."





















1 comentario:

pixel dijo...

La educación es constantemente objeto de reformas por los partidos que llegan al gobierno, reformas que no buscan nada más que dejar la huella de un u otro partido alabandose a si mismos por lo que uno hizo y no el otro y viceversa. Pero los resultados son siempre los mismos, fracaso, fracaso y fracaso.

Yo creo que hay que reformar la educación pero hacer una reforma bestial, es decir, deshacerlo todo y plantear una en condiciones y no estar cada 4 años poniendo parches.

Un saludo