Mucho se habla de la necesidad de educar y capacitar. De lo importante de meter en el presupuesto de los países el item educación y los políticos y estadistas se llenan la boca con al consabido reconocimiento a la necesidad de que la gente se eduque. Y todo esto en términos cuantitativos: más aulas, más alumnos, más tecnología, más libros,etc. Pero muy pocos aciertan a mirar al lado más significativo y realmente importante del desarrollo educativo.
Se quiere incrementar el número de técnicos, de especialistas. Se habla de seguir enseñando lo mismo y de la misma forma, en una loca espiral de aprendices de brujo que han perdido el control de lo que hacen y quieren solucionar el problema con frases mágicas, con medidas económicas, con decretos burocráticos, pero la esencia del problema continúa aislada e invisible.
Hay que cambiar la educación , claro. Pero hay que cambiarla del todo: contenidos, forma, intención o finalidad de la misma. Una educación que no tenga como objetivo formar esa entelequia denominada por los economistas "mano de obra calificada". Una educación cuya esencia pedagógica sea promover la creatividad y no el conformismo y la sumisión.
Definir unos objetivos temporales que reconozcan la caducidad de las concepciones filosóficas ante el avance de la ciencia y el conocimiento, ante el encuentro con el universo exterior. No podemos continuar educando para la parroquia, para la factoría, para la ciudad y demás formas organizativas caducas. Hay que educar para la sorpresa, para el asombro, para la novedad.
Preparar a la gente para el fluir de las ideas, para las nuevas percepciones.
No podemos seguir basándonos en viejas estructuras piramidales y autoritarias, de rígidas formas y normas. Las generaciones nacidas antes de internet deben adaptarse a la existencia de la libertad de expresión como factor de crecimiento de la totalidad humana. En pocos años los problemas feudales y semifeudales de antaño han dado paso a la aparición de fenómenos abstrusos e incomprensibles para los educados con el teléfono y la radio. Desconocer que hemos entrado en una fase evolutiva radicalmente diferente es absurdo y auto-destructivo. La tecnología ha llegado para quedarse y mientra una gran parte de la humanidad se mueve en anticuados sistemas otro sector explora velozmente las nuevas fronteras y descubre las posibilidades que brindan estas nuevas herramientas.
Es necesario entender que las viejas aulas ya no funcionan y que el mundo necesita de una nueva concepción holística, sin fronteras y sin discriminaciones. En pocos años la patria será el planeta y depende de nosotros que el intento globalizador no sea el feo mamarracho que pretenden los fascistas. Solo mediante un desarrollo integral de la persona que pretende Ser pueden equilibrarse las cargas, hoy del lado de los dueños de todo, pero con una sociedad que , por su propio dinamismo, se les sale de las manos. Ellos creen que solo el autoritarismo extremo del Gran Hermano puede mantener lo que llaman "coherencia social" que para nosotros es la desigualdad, la injusticia, la opresión y el agobio.
Solo seres conscientes, armados con el poder de sus espíritus y disciplinados por su mismo desarrollo, podrán guiar a la humanidad en su nueva etapa cósmica. No es luchando por reivindicaciones salariales cono los educadores podremos hacer un real y valioso aporte a este proceso. Es en la transformación de los contenidos y la pedagogía como vamos realmente a dar nu nuevo paso en ese proceso de crecimiento que nos requiere.
CONTINUARA.
2 comentarios:
Estoy disfrutando mucho con esta lectura.
Si tuviese que quedarme con algo, sería lo siguiente:
"Hay que educar para la sorpresa, para el asombro, para la novedad."
Un abrazo
De acuerdo Pixel querida. Has escogido con acierto. Para lo que menos preparado está nuestro cerebro es para la sorpresa y como trabaja con base en repeticiones y creación de vias aferentes a través de ellas , la novedad suele espantarlo. Lo diferente, nuevo , lo que no estaba, debe pasar por un período de aclimatación y acostumbramiento. Lo malo es que es período puede ser muy largo a veces y ha causado no pocas desgracias. Sin embargo, al futuro, el comportamiento espontáneo y la aceptación de la sorpresa y la novedad van a adquirir un status importante en el comportamiento inteligente. Sin esa aceptación la creación de la realidad seguirá estando en manos impropias y la infelicidad continuará.
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