"El conocimiento es una función del intelecto, mientras que la sabiduría es una función del Ser." D. Trinidad Hunt

lunes, 7 de julio de 2008

JUEGO Y CREATIVIDAD


Aunque jugar implica seguir ciertas reglas, el juego tiende a ser una actividad de gran independencia. Si juegas con un balón puedes hacer cualquier cosa con el , incluso desinflarlo. La sensación cinestésica aumenta el placer de jugar. La intervención de los sentidos, igual. Y la emoción y el sentimiento colocan una preciosa cereza en el tope de la actividad lúdica. Los juegos de intelecto son deliciosos en tanto entrañan riesgo y competencia; riesgo de perder, ante todo. La competencia realza nuestro sentido del triunfo, pero hay juegos individuales como el sudoku o el ajedrez cibernético que nos hacen disfrutar de la competencia con nosotros mismos.
En un aula escolar normal, con su autoritaria disposición del mobiliario y los roles, es difícil jugar y si lo hacemos aparece como una transgresión a las normas establecidas. Igual en el ámbito de una empresa; los espacios han sido concebidos para actividades no lúdicas. Es difícil promover creatividad en espacios así. En un rapto poético perderemos el empleo o seremos expulsados. Las normas dentro de nuestra cabeza establecen muros, y estos muros son grises, sin letreros. No puedes pintar sobre su superficie rugosa; su color produce sueño y la arquitectura del dolor invita a la evasión. Alguien dirá: el espacio físico no importa. Puedes crear en cualquier lado. Tal vez. Pero siempre será mejor operar un paciente en una sala con asepsia que en un campo de batalla. También el pensar se ve mejor influenciado en el ambiente apropiado ,más si tratamos de fomentar ciertas actitudes que favorecen la expresión creativa. Las aulas de clase deben convertirse en laboratorios de la inteligencia; laboratorios que deben estar pensados para jugar.
Preguntaba un célebre escritor de libros de auto-ayuda porque estos libros no eran habituales textos escolares. Aún espera la respuesta. Parece que nos enfrentamos a la conspiración de los solemnes y aburridos que nos quieren matar de tristeza. A jugar entonces, queridos amigos. Si no inventan algo, por lo menos se divierten.

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